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En mi cabeza solo escuchaba la voz de mi hijo mientras me llevaba la corriente, narra repartidor sobreviviente a Max



Por: Dario Lagunas 
 

Acapulco., 12 de octubre de 2023. - Tras sobrevivir al arrastre y sumersión por las fuertes corrientes de la tormenta tropical Max, el protagonista de esta historia, Luis Antonio Sánchez Carmona, compartió como fueron los momentos que vivió durante los hechos registrados la tarde del pasado lunes.

Narró, que su principal temor era el riesgo de no sobrevivir a esta experiencia, de la que afortunadamente hoy da gracias a Dios y ha decidido compartir con quienes se lo solicitan, a raíz de lo que tuvo que enfrentar mientras buscaba a bordo de su motocicleta, el sustento para su familia.

Luis Antonio es un joven de 28 años, nos contó que actualmente tiene una especialidad técnica en enfermería, y que, además, en poco menos de un mes habría de presentar su examen profesional para acreditar su licenciatura en esta misma especialidad para poderse superar.

Ante los cuestionamientos de la gente que le pregunta el porqué no soltó la moto, explicó que decidió no soltarla porque con mucho esfuerzo ha tenido que trabajar para pagarla, y a la vez, solventar sus gastos personales, y que como muchos acapulqueños, trabaja en algo ajeno a su profesión para solventar los gastos que no pueden esperar.

“Muchos tendrán esos recursos para poder arrojar sus cosas sin tanta preocupación, pero en mi caso no fue así, en mi caso me ha sudado esa moto y yo quería recuperarla, gracias a Dios no paso a mayores y solo fue una mala experiencia”, aseguró en entrevista telefónica.

Luis Antonio nos reveló que mientras era arrastrado por la fuerte corriente del agua, sus pensamientos se bloquearon, y que justo ahí, solo podía escuchar la vocecita de su hijo, mientras sus zapatos se resbalaban tratando de resistir a la corriente del agua que terminó por sumergirlo en uno de los accesos a la franja de arena ubicada sobre la calle Juan de la Cosa.

Recordó que volvió en sí al observar que la gente alrededor empezaba a grabarlo mientras le gritaban, ¡suéltala, suéltala!, y que en ese momento, uno de sus temores fue que la motocicleta y el casco pudieran asfixiarlo, por lo que su esperanza era poder atorarse en algunos tubos que se encontraban más adelante en el acceso a la playa.

Explicó que una vez que se sumergió en el caudal, se impulsó para salir con el peso de la mochila repleta de agua a cuestas, y que en ese momento fue auxiliado por dos personas que se identificaron como turistas que vinieron a trabajar a Acapulco, tal como lo hacen en distintos puntos del país.

Visiblemente agradecido con Dios, Luis recordó que uno de estos hermanos le dijo algo que llamó su atención, pues le indicó que no quería que le diera nada a cambio del apoyo que recibió, sino que simplemente hiciera el bien, y que tal como lo hicieron en esta ocasión por él, el día de mañana, sea el quien pueda ayudar a alguien sin conocerlo y sin pedirle nada a cambio.


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