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Abundan dudas en la desaparición del obispo Rangel


Por: Carlos Ortiz Moreno / Expresiones Guerrero

El caso de la desaparición del obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, famoso por sus vínculos con grupos delictivos, tiene más preguntas que respuestas. Declaraciones del fiscal morelense, su abogado defensor y algunos párrocos chocan con versiones de que el prelado habría sido víctima de una banda de “goteras” (un grupo criminal de mujeres, que seducen a sus víctimas y ponen en sus tragos sustancias estupefacientes que opera en Cuernavaca) .

La Conferencia del Episcopado Mexicano denunció públicamente su desaparición dos días después de haber ocurrido el hecho, presuntamente en el mismo estado de Morelos. Dos horas más tarde, en otro comunicado el CEM informó que ya habían encontrado al monseñor en un hospital general, drogado.

“La CEM informa con profunda consternación sobre la desaparición de Monseñor Salvador Rangel Mendoza, Obispo Emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Guerrero, de quien se desconoce su paradero desde el día 27 de abril de 2024”, expresó en un comunicado emitido pasado el mediodía del lunes.

Ante la desaparición, la CEM pidió enérgicamente a las autoridades de los tres niveles de gobierno su pronta y decidida intervención para la localización del prelado. Hizo un llamado al gobierno Federal, a los gobiernos de Morelos y Guerrero y a las autoridades municipales correspondientes para que, en el ámbito de sus respectivas competencias, actuaran de manera coordinada y eficaz a fin de traer de regreso a casa, sano y salvo al obispo.

“Asimismo, hacemos un respetuoso pero firme llamado a quienes mantienen en cautiverio a Mons. Rangel Mendoza para que, en un acto de humanidad y considerando su delicado estado de salud, le permitan tomar de manera adecuada y oportuna los medicamentos que requiere para su bienestar. Reiteramos nuestra solicitud para su pronta liberación y regreso seguro a casa”.

En el mismo escrito, la Conferencia del Episcopado Mexicano informó que ya habían procedido a denunciar los hechos ante la Fiscalía General del Estado de Morelos, específicamente en la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas y Cometida por Particulares, a fin de que se realicen todas las diligencias necesarias que conduzcan al esclarecimiento de los hechos.

Horas más tarde, el Episcopado informó que lo habían localizado dentro de un hospital general “Doctor José G. Parres”, perteneciente al sistema de salud pública del estado de Morelos y ubicado en la misma ciudad de Cuernavaca por lo que agradecía a todas las autoridades y personas que habían participado en su localización.

El propio fiscal general del Estado, Uriel Carmona, quien personalmente se presentó al nosocomio para corroborar la información de su localización, informó después que el obispo emérito se encontraba estable y podría haber sido víctima de un secuestro exprés por lo que esperarían a que su estado de salud mejorara para que pudiera rendir su declaración ministerial sobre los hechos ocurridos durante su desaparición.

A su salida informó que el jerarca católico habría sido víctima de un secuestro exprés en el que sus captores habrían extraído dinero de sus cuentas en cajeros automáticos. El fiscal dijo que indagarán sobre la forma en que llegó al hospital, como otra línea de investigación.

En su oportunidad, el abogado del prelado, Pedro Martínez Bello, ofreció detalles de su estado y dijo que el sábado a las cinco y media de la tarde, el obispo dejó su domicilio en Jiutepec, Morelos, donde también dejó sus teléfonos desconectados asumiendo que pretendía regresar rápido, pero no lo hizo.

Luego registraron movimiento en sus cuentas bancarias y las notificaciones de dichos movimientos fueron vistos en sus teléfonos celulares. Las notificaciones eran de retiros de dinero en cajeros automáticos en diversos puntos de la capital lo que generó la alarma.

Aseguró que el domingo se presentó ante la Fiscalía de Morelos y la Especializada en desaparición de persona, donde detalló que había salido a bordo de su camioneta de modelo reciente. Aportamos la información del chofer de lo que sabía y qué frecuentaba, así como del propietario del inmueble que era su gente más cercana, quienes dijeron que se iba a ver con unas personas en una pizzería.

Sin embargo, el párroco Tomás Martínez sostiene otra versión pues dice que el obispo había ido a Tixtla, en el estado de Guerrero, el pasado miércoles. Regresó por la tarde-noche, pero después de las diez de la noche ya no supieron nada de él por lo que se empezó a buscar y tratar de localizarlo.

Las alarmas de sus cercanos fueron encendidas porque apenas en febrero había servido como mediador entre grupos de la delincuencia organizada para cesar la violencia desatada en la capital del estado contra comercios y transportistas.

Según las propias palabras del obispo, esa intervención le habría costado estar amenazado de muerte.

“Estoy amenazado, hasta sentenciado a muerte, no sé si por el gobierno o estos capos. Sigo en la línea, estuve a punto de reunirme con ellos hace dos días, con un grupo, pero hubo un incidente por ahí y ya no lo pude hacer”, había señalado en aquella ocasión.

Apenas anoche, en el noticiero de Ciro Gómez Leyva se expuso la filtración de documentos hospitalarios sobre el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza donde se detalla que le encontraron pastillas de sildenafil y que tenía cocaína y benzodiacepinas en la sangre.

El sildenafil pertenece a una clase de medicamentos llamados inhibidores de la fosfodiesterasa (PDE, por sus siglas en inglés). La acción del sildenafilo es tratar la disfunción eréctil aumentando el flujo sanguíneo al pene durante la estimulación sexual. Ese aumento del flujo de sangre puede provocar una erección.

En cuanto a la cocaína existe el mito de que bajo los efectos de este estimulante son más satisfactorias las relaciones sexuales. Empero, los especialistas indican que su consumo habitual disminuye el deseo sexual y ocasiona problemas de erección y eyaculación en los varones, pudiendo llegar a producir impotencia e infertilidad.

Las benzodiacepinas son una clase de medicamentos que se utilizan ampliamente para tratar afecciones que incluyen la ansiedad, el insomnio y las convulsiones.

De acuerdo con el comisionado estatal de seguridad, Jorge Antonio Ortiz Guarneros, el obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, ingresó voluntariamente al motel en Ocotepec donde fue encontrado acompañado de otro hombre.

Toca al fiscal Uriel Carmona Gándara informar por qué aseguró que se trató de un secuestro exprés.


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