Alzar la voz o ser indolentes ante las desapariciones forzadas

Acapulco.- El hermano de Elba Janeth Galena, Jesús Nicolás Galeana Campos salió a comprar una Coca Cola un 28 de septiembre y ya no regresó a casa.

Elba lo recuerda como si hubiera sido ayer. El señor Nicolás, de 53 años de edad, salió a las tres de la tarde un jueves 28 de septiembre del 2017 rumbo a una tienda para comprar un refresco, era la hora de la comida y su familia, entre ellos, sus dos hijos, lo esperaban sentados en la mesa.

Su cuerpo sin vida fue encontrado el 27 de noviembre del mismo año en Puerto Marqués. Elba no se enteró por las autoridades con quienes había levantado una denuncia por la desaparición de su hermano, sino por una publicación en redes sociales. El cuerpo de Nicolás flotaba en la playa y el medio de comunicación Lo Real de Guerrero había publicado su foto.

Elba es integrante del colectivo  "Familiares en busca de sus desaparecidos", constituída en el 2015 y que a la fecha ha ayudado a dar con el paradero de 55 personas, de los cuales, 23 fueron encontrados con vida y regresados con sus familiares.

Algunos mimbros de la asociación asistió al conversatorio sobre la prevención de desaparición de personas en un salón de la universidad Loyola de Acapulco que lució casi vacío sino fuera por la asistencia principalmente de las madres que tienen un hijo desaparecido o secuestrado.

Tal es el caso de Judith Orozco, madre de dos hijos, uno de ellos, asesinado el 20 de septiembre del 2013 y otro secuestrado el 12 de diciembre del 2016. Jesús Daniel Betanzos tenía 27 años cuando murió en manos de la delincuencia y Emanuel Audifred Betanzos Orozco 28 años, aún se encuentra desaparecido. Pese a ello, la señora Judith dice no perder las esperanzas de encontrar a su hijo con vida.

Otra situación similar vive la señora Patricia Retana, a quien le secuestraron -saliendo de una discoteca en la avenida Costera- a su único hijo de 17 años, José Ismael Martínez Retana, un 13 de agosto del 2017. Pese a pagar el rescate, él no regresó.

Las madres de familia coincidieron en que prevalecen dos retos a cumplir: el primero, el que las autoridades acepten la situación de violencia a la que está expuesta la sociedad y la falta de empatía por esta para con familiares de desaparecidos.

"Es como si estuviéramos enfermos y esto se contagiara", expresó Elba Galeana en el conversatorio.