Header Ads

Policía de Tlapa asesina a indígena Naua; familia exige justicia

 

 


Tlapa, Guerrero,. 25 de febrero de 2021.- Familiares de Miguel Pardo Flores, indígena Naua asesinado por un policía municipal de Tlapa, exigieron justicia por el crimen arbitrario cometido en el interior de su hogar. 

Según relató su esposa, Ana María Pardo, su esposo se encontraba sentado en la puerta de su casa cuando la policía municipal de Tlapa entró violentamente sin orden de cateo y terminó con su vida con una bala y golpes que le propinaron el pasado jueves 18 de febrero. 

Ante ello, sus familiares protestaron con cuerpo presente y a gritos de justicia frente al ayuntamiento el domingo 20 previo al entierro en el panteón de la colonia Caltitlán en Tlapa.  

Entrevistada posteriormente, María Pardo contó que el jueves 18 de febrero por la tarde elementos de la Policía Municipal de Tlapa fuertemente armados irrumpieron en su hogar a bordo de tres patrullas. Todos se bajaron apuntando con sus armas, rodearon su humilde casa e impidieron que sus hijas Mary y Ana, y su nieta Anahí entraran.  

"Querían meterse a la fuerza, por eso Mary les dijo: si no traen orden de cateo, no pueden entrar a mi casa. Los policías en lugar de explicar el motivo de su presencia, agarraron a Ana del cuello y la tiraron, y a mi nieta Anahí, que tiene dos meses de embarazo, la tiraron y la arrastraron. Yo también traté de que no entraran, pero me aventaron y me patearon. Mi esposo que se encontraba adentro, al ver que los policías nos golpeaban, tomó el machete para que no se metieran. Nunca imaginé de lo que serían capaces. Además de insultarnos y pegarnos, me dijeron: "Venimos por tu hijo el valiente. Nos lo vamos a llevar. No sabía de quién me estaban hablando, porque tengo 8 hijos y 3 hijas", contó. 

Añadió que los policías, además de quitarle el machete a su esposo lo golpearon y lo arrastraron como dos metros en el patio de la casa. "No pudimos hacer nada para rescatarlo. De pronto escuché un balazo y pensé que era para asustarnos, pero luego me di cuenta que a mi esposo le habían "pegado" en la pierna. En lugar de que lo ayudaran, siguieron golpeándolo con los puños y vi que le dieron con una tabla en la cabeza. Yo les grité: No sean cobardes, solo los perros se amontonan para hacerle daño a la gente. Déjenlo, porque no les hace nada. No me hicieron caso, y a pesar de que escurría la sangre de su pantalón, continuaron golpeándolo. Uno de ellos todavía me dijo, "cállese, vieja argüendera que también a ti te vamos a dar". Hasta que vieron que mi esposo ya no reaccionaba, lo cargaron y lo aventaron a la patrulla. No les importó que estuviera herido, ni que mi nieta Anahí, estuviera lastimada de su pierna". 

Doña María dijo que los policías los catalogaron de delincuentes. Arrancaron sus patrullas y se fueron como si hubieran hecho "una gran hazaña. Nos quedamos con miedo y sin saber que más le iban a hacer a mi esposo. Después supimos que lo llevaron al hospital general, pero todo fue en vano porque ya llegó muerto. Ahí lo dejaron y se fueron, y lo peor de todo, es que el director de seguridad no hizo nada para detener a los responsables. Supimos que el mismo fiscal de la Montaña, les solicitó que presentaran a los policías. Ninguna autoridad municipal respondió por lo que hicieron. Lo más triste es que tuvimos que dar vueltas con el ministerio público para poner la denuncia. Ahí mismo, el licenciado que le tocó atendernos solo se dedicaba a regañarnos". 

El Centro de derechos humanos de la Montaña Tlachinollan, ayudó a que se abriera una carpeta de investigación y se hablara al SEMEFO de Chilpancingo, reportando la muerte de su esposo.  

"Además de que lo mataron todavía tuvimos que conseguir dinero para el pago de la carroza. Los médicos que hicieron la necropsia, nos dijeron que mi esposo Miguel murió por hemorragia. La bala se la pegaron en la mera vena y lo dejaron desangrar. Con gran cobardía, aparte de disparar el arma, lo siguieron golpeando, hasta causarle la muerte". 

Su esposa dijo desconocer el motivo de la agresión de los policías. "Dicen que porque mis hijos robaron. Yo como madre, estoy dispuesta a que los investiguen, pero no voy aceptar que por eso vengan con sus armas y, sin ninguna orden, se metan a nuestra casa nos golpeen y nos maten. Los policías así están acostumbrados a tratar a la gente pobre, creen que por cargar armas tienen derecho a disparar por cualquier motivo". 


No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.