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Termoeléctricas contribuyen a acidificación del medio ambiente: Brodziak


Por: Causa Natura 


En tanto el destino de la reforma eléctrica se resuelve en los juzgados, las secuelas de la combustión fósil afectan la vida diaria de los mexicanos. En particular, el uso del combustóleo por centrales eléctricas y sus implicaciones en la salud y los ecosistemas ha sido documentado, explica Stephan Brodziak, investigador de la organización civil El Poder del Consumidor (EPC).

El 10 de marzo entró en vigor la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica. El cambio privilegia a las centrales eléctricas de la Comisión Federal de Electricidad, algunas basadas en combustóleo, por encima del criterio anterior de tomar la energía más barata.

Por ahora, mientras una cuarentena de amparos en el Poder Judicial frenan la puesta en marcha de la ley, Brodziak refiere que el modelo de la actual administración federal atiende a las cantidades de combustóleo producidas en el país, residuo de la refinación de petróleo crudo.

Entre otros gases, el combustóleo deriva en dióxido de azufre (SO2). El EPC es parte del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire (OCCA), que en marzo del año pasado alertó que la termoeléctrica y refinería de Tula suman 33 veces más SO2 que todo el Valle de México.

En esta entrevista Brodziak detalla las implicaciones que acarrea el combustóleo.  

— ¿Qué impactos hay para los ecosistemas derivados de la combustión de combustóleo?

— A través del dióxido de azufre hay una reacción química, que en contacto con el agua se convierte en ácido sulfúrico.  Cuando hay presencia de agua, básicamente, ese contenido transforma la lluvia en ácida. Claro, en pocas proporciones, pero es bastante ácido y eso tiene severos efectos en los suelos, en los ecosistemas, en la agricultura, y desde luego en la salud humana. De paso también tiene efectos sobre los monumentos históricos.

— ¿Qué pasa en lugares donde hay plantas que utilizan combustóleo y están a la orilla del río o….?
 
—  Sí, o en Baja California. Esta es una de las causas de la acidificación del mar. No es la única, pero sí una de las principales.  

— ¿Qué implicaciones tiene el material particulado?

—  También el combustóleo genera mucho material particulado derivado de combustiones incompletas en las cámaras de combustión. Ese material particulado es grave por dos cosas, por su composición y su tamaño.

De acuerdo a su composición se vuelve más o menos tóxico, y de acuerdo a su tamaño dependen los grados de penetración en el cuerpo humano. Si estamos hablando de PM10, material particulado grueso, eso lo pueden retener los vasos capilares en la nariz. Pero si tenemos material particulado de forma más pequeña, eso penetra más y hay material particulado que se puede alojar en la garganta.

Luego el más fino, menor de una micra se pasa a los alvéolos pulmonares y luego pasa al torrente sanguíneo y no hay célula que quede libre de exposición una vez en el torrente, ahí dependerá de hacia dónde se va en el cuerpo humano.

Para darnos una idea de la escala que estamos hablando: un cabello humano mide entre 70 y 40 micras, o micrómetros, y las partículas que salen de estas chimeneas, pues varían en su escala, pueden ser ultrafinas hasta gruesas, de 10 micras hasta menos de una micra.

—  ¿Cómo llegan estas partículas hasta las personas y qué hallazgos han encontrado al respecto?

—  Es transportado de acuerdo a los vientos. Por ejemplo, 60 km al este de la planta de Tula tienes un camino súper claro que pasa entre las montañas al norte y al sur, o las regiones de mayores accidentes geológicos, y tienes la capital de Hidalgo; y luego si te bajas hacia al sur 60 km, tienes a Tlalnepantla de Baz, Edomex, a nada de ser la Ciudad de México. Hago específicamente el nombre de Tlalnepantla de Baz porque ahí está ubicada la estación de monitoreo más al norte de la zona del Valle de México, ahí se reportan generalmente los mayores episodios de concentraciones de dióxido de azufre.

Entonces, cuando viene de ahí, es claramente una migración de contaminantes por condiciones atmosféricas, traídas desde Tula. Hay afectaciones severas a toda la región del Valle de Tula, Tepeji, y desde luego Pachuca y Ciudad de México. Y lo mismo pasa en Salamanca, en Guanajuato, son muy graves y no se han actualizado debidamente las normas que rigen a este contaminante.

— En Tula los niveles se han sobrepasado de los límites por varios años. ¿Eso significa que la ley mexicana no se cumple o que es laxa?

— Hace unos años era muy laxa y no se cumplía. Ahora es más estricta, pero si hace unos años no se cumplía, menos ahora. Todavía falta, hay muchas cosas por hacer.

Si va mejorando la legislación, por ejemplo, el marco de las normas de salud sí ha ido mejorando bastante.

Estamos hablando de que al término del periodo aplicable antes de su revisión, para la norma de partículas ya vamos a estar avanzando los criterios establecidos de las guías de calidad de aire en cuanto a PM10 y PM 2.5. Vamos a estar adoptando esos criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ahora una cosa es que los adoptes y otra es que puedas cumplir que las ciudades mexicanas cumplan con esos criterios, lo cual no estamos todavía ahí, nos hace falta todavía muchos cambios económicos estructurales para poder de verdad alcanzar los umbrales seguros.

—  Se aprobó la reforma a la ley de industria eléctrica, hay un tema en el que se ha quitado un criterio económico, por lo que podrá usar plantas de combustóleo que antes eran menos utilizadas. ¿Es un retroceso?

— La apuesta de AMLO, no lo vemos que vaya a ser de alguien más, es rescatar a Pemex, y en su modelo hace mucho sentido.

Debido a toda esta obsolescencia de Pemex las refinerías mexicanas tienen una producción, o un sobrante, de combustóleo altísimo. Estamos hablando de que, no sé, como 10% en términos muy aproximados, o quizá más. Las refinerías más modernas que tenemos en Estados Unidos y Europa, te dejan un porcentaje de 2% de combustóleo. Es muy bajo, muy eficiente y todo lo demás son derivados del petróleo de mejor calidad, aceites, gasolinas y diésel.

 Y ya en el mundo se firmó el Marpol, el anexo seis del Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por los Buques. Una convención marítima internacional que México no ha firmado, la cual prohíbe el uso de combustibles con más de 5% de azufre, entonces eso excluye al combustóleo.

Antes México lo podía colocar como combustible marítimo. O sea tenía un mercado muy grande. Entonces ese era muy buen negocio, pero ya no es negocio y no sólo eso, ya no hay donde ponerlo. Además, tú le subes a la manguera de refinación, las cantidades de petróleo que estás procesando, y pues vas a tener más combustóleo.

Entonces qué haces. Forzas, y por lógica, por lo que hasta hace un momento teníamos del despacho económico para la producción de electricidad pues obviamente te lo ganaban las renovables, que tienen un costo de producción que tiende a cero…Y por eso tuvieron que hacer lo que están haciendo. En la lógica por despacho económico la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quedó excluida.

— ¿Es un retroceso en materia de generación de energía limpia?

— Nosotros sí estamos a favor de la rectoría del Estado de transmisión. Al menos de distribución, transmisión y de la mayoría de la generación. La bronca es que nos está saliendo muy cara esa rectoría del Estado. Estamos subsidiando empresas que están quemando el combustóleo. Son muy viejas, caras, contaminantes.

Estamos a favor de la rectoría, pero no a este costo. La cuestión, nos parece que se debe enfocar a desarrollar la capacidad de renovables de la propia CFE, y dos, a desarrollar también la generación distribuida. Que se permita darle prioridades a esas dos, y que se aproveche las condiciones de mercado para desarrollarse, tiene todo el presupuesto.

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