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Asesinan a un indígena guerrerense en Nueva York

El pasado 29 de marzo del presente año, Francisco Villalba Vitinio, joven indígena Nahua originario de Xalpatláhuac y que residía en Nueva York, Estados Unidos, desde hace nueve años, fue asesinado cuando realizaba una entrega de comida rumbo a Manhattan, pues se desempeñaba como repetidor en una bicicleta que pretendieron robarle.

Desde ese momento y hasta la fecha, familiares, cercanos y la comunidad migrante se han manifestado para pedir justicia por el crimen cometido en contra del joven.

El centro de derechos humanos Tlachinollan entrevistó el pasado siete de abril a Sergio Solano, un compañero de trabajo que se encontraba junto a otros repartidores realizando una protesta. Ahí, exigieron justicia para Villalba Vitinio.

"Es de un tiempo atrás esto. Los robos y asaltos han ido en aumento, esto se suma porque compañero murió haciendo su trabajo. Él conocía este parque y algubos amantes de lo ajeno quisieron robarle la bicicleta y tal vez el se resistió y se la quitaron con fuerza. Esto nos ha afectado a muchos, cada día hay mas historias así. Desde hace seis meses estamos buscando alzar la voz de los que han caído en desgracia".

Respecto al sitio en el que fue encontrado el cuerpo de Francisco, los habitantes de la zona convirtieron el espacio en un altar donde realizan misas y serenatas de mariachis. El 4 de abril una banda originaria de Malinaltepec ofreció un concierto a manera de despedida.

Más de 500 repartidores se congregaron y marcharon en dicha fecha al Precinto No. 23 del departamento de Policía de Nueva York, para exigir justicia.

De acuerdo con el colectivo Worker's Justice Project (Proyecto Justicia Laboral), Francisco, de 29 años, fue asesinado a balazos en la cancha de baloncesto en "El Barrio", cuando un hombre intentó robarle su bicicleta eléctrica.

En un comunicado de prensa, Ligia Gualipa, directora ejecutiva del Proyecto Justicia Laboral instó a las autoridades estadounidenses para investigar de forma efectiva el caso, pues ese no era la primera vez que un repartidor de comida era violentado mientras realizaba sus labores.

La directora del organismo destacó que estos brutales asesinatos son una realidad cotidiana para más de 80 mil repartidores de comida en la ciudad de Nueva York y ahondó en que este tipo de trabajos era uno de los más peligrosos.

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