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Niños de Ayahualtempa. Con armas de madera o plástico, aprenden a defenderse



Por: Bernardo Torres | Agencia API

Chilpancingo, 16 de abril de 2021.- Con armas de juguete, de madera y plástico, niños de la comunidad de Ayahualtempa, municipio de José Joaquín de Herrera juegan a ser grandes.

Desde hace 15 meses, alrededor de 30 menores de edad se reunen en la escuela de la localidad, donde reciben clases virtuales, y a la vez, son instruidos por policías comunitarios de la Coordinadora de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) para aprender a disparar con armas de fuego y protegerse de la delincuencia organizada que los hostiga a ellos y a sus padres.

"No son ocurrencias, no es exhibisionismo, ni irresponsabilidad", respondió Bernardino Sánchez Luna, fundador de esta organización, "les estamos enseñando a sobrevivir, y cuidar a sus familias, algo que los tres niveles de gobierno no les pueden garantizar".

Hace aproximadamente dos años, dos menores de edad salieron al campo a cuidar sus animales, cuando fueron atacados a balazos por presuntos miembros del grupo criminal "Los Ardillos", que mantienen retenes en distintos puntos a las afueras del nunicipio de José Joaquín de Herrera.

En el ataque, el menor de los hermanos fue herido en la pierna y quedó tirado en el suelo, el mayor de 12 años llevaba una escopeta y no dudó en responder el ataque, repeliendo con ello a los agresores.

Los niños son instruidos en el uso de las armas porque no hay quien los proteja cuando salen a realizar sus labores cotidianas, la siembra o el cuidado de chivos y vacas.

Los mayores de 12 años, portan escopetas con municiones, mientras que los menores de 12, hasta seis años practican con armas de madera o plástico, pero adquien la práctica de como usar un arma o como defenderse.

En el aula de clases, conviven los más de 30 niños y una niña, practican el uso de armas, se les enseñan valores y trabajo comunitario, aunque la mayor parte del tiempo se la pasan jugando a ser policías comunitarios.

Los mas pequeños corren de un lado a otro, incluso pelean por las armas hechizas, hasta que llega el momento de tomar el adiestramiento con seriedad y mayor responsabilidad.

En el centro de la comunidad abordan una camioneta "Nissan", entre risas y empujones también se les llama la antención para que "se comporten", pues la mayor parte del tiempo no paran de correr.

Empiezan un recorrido de prueba por las principales calles de la localidad, hasta el módulo de la Policía Comunitaria que se encuentra en la entrada, a unos metros de donde también está el módulo de la Policía Municipal.

Este tipo de pruebas las seguirán realizando diariamente, y cuando estén preparados asumirán guardias como el resto de los hombres adultos, para vigilar los alrededores, proteger a otros niños, mujeres y sus ancianos.

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