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El Farallón: la sequía que atenta contra la infancia de Alexis

Por: Arantxa Arcos
Fotos: Juan David Castilla
Video: Raziel Roldán

"Parece cemento", dice Alexis al jugar con un fragmento seco que hace dos semanas era parte de la Laguna El Farallón. El menor de 13 años solía pescar mojarra y nadar con su padre Antonio Vázquez Cervantes, ambas acciones dejaron de efectuarse por la sequía.

El más doliente de ambos es Antonio, le preocupa que su hijo crezca sin agua, sin alegría como aquella que despertaba cada día en las más de 180 hectáreas, ubicadas a unos metros de la Carretera Federal 180 o mejor conocida como La Costera del Golfo.

Los habitantes aledaños están alarmados, como María Luisa Oliva Morales, una mujer que también a sus 13 años de edad recorrió las profundidades del cuerpo lagunar con su abuela y vecinos de Tinajitas, congregación perteneciente al municipio de Actopan.

Desde las ocho de la mañana alistaba un burro con cubetas repletas de ropa, la comida en morrales y emprendía una caminata de dos horas hasta llegar a la laguna que se observa desde la carretera que conecta a Cempoala con playas como Villa Rica y La Mancha.

A sus 74 años, María Luisa cubre sus canas con un paño seco que solía remojar en el agua. Las cubetas de ropa ya no son transportadas, no hay líquido limpio para deslizarlas entre piedras, madera y jabón. Una amiga de la infancia le acompaña y recuerdan cómo en su niñez compartían el sitio como lavadero y área de recreación.

EXTRACCIÓN ILEGAL DE AGUA

Juan Alberto Muñiz Oliva es pescador y recuerda que la cantidad de lluvia no ha sido la misma, anexado con el cambio climático, la crianza de ganado y siembra de caña.

Cuatro bombas de agua se conectaban a la laguna para distribuir a ranchos aledaños. A principios de abril 2021, seguían conectadas pero por el descenso considerable exhortaron a los dueños a retirar sus tubos y buscar otro plan para continuar con sus labores.

"Si el sol no termina de secarla en estos días, con la extracción de agua lo harán. Esperamos que sigan así, ya levantaron las mangueras, vino un encargado de PMA (Procuraduría del Medio Ambiente en Veracruz) y recomendó que las quitaran, me imagino que los encargados las quitaron, quedaban cuatro, luego tres y ya no hay ninguna", indica Manolo Acosta Domínguez, presidente de la Cooperativa Pesquera de El Farallón.

Acosta dijo que no solo los ranchos extraían el agua, la cercanía de proyectos mineros en La Paila y El Cobre, a menos de dos kilómetros del sitio también serían otro factor en la seca de la laguna.

Ambos proyectos pretenden explotar oro, plata y cobre a cielo abierto. En años previos a la denuncia de Manolo Acosta, habitante de Actopan, ambientalistas y pobladores de Alto Lucero mostraron inconformidad por la minería ocupando la frase "no a la mina, si a la vida".

Además, protestaron y exhibieron posibles consecuencias de continuar estos proyectos mineros como la afectación a cuerpos de agua, muerte de animales y demás miembros del ecosistema.

Por el momento, el poblador indica que el cuerpo lagunar ha perdido casi ochenta por ciento de su capacidad, pasó de tener una profundidad de ocho metros a cincuenta centímetros y mantener agua sucia, inviable para contacto humano pues yacen especies muertas como pelícanos.

"Se calcula que el estimado de esta laguna era de aproximadamente entre 170 y 180 hectáreas como superficie total y ahorita se calcula que quedarán 60 hectáreas".

Un texto originalmente publicado en Voz Alterna

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