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Mujer Inmobiliaria





Por: Sara Ramos Mercado

La mujer immobiliaria ha tomado cada día mayor valor en nuestro sector, muchas de sus cualidades aportan a nuestro sector la calidez, cuidado y detalle en los procesos y el servicio.
 
Gracias a Dios tuve la oportunidad de comenzar en el camino inmobiliario hace 10 años a través de un familiar. Con duda y con miedo a lo desconocido tenía como referencia preconceptos que solo las personas que eran estudiadas podían vender propiedades. Pensé que está profesión estaba fuera de mi alcance, sin embargo, se me había dado la oportunidad, así que comencé a mostrar departamentos.  

Ví el trabajo como una forma de capitalizarme rápidamente, pensando en darle a mis hijos mejores estudios y estabilidad. Sin pensar que esta profesión, me daría mucho más que mejorar mi economía. Me dio la oportunidad de crecer, desarrollarme y emprender hacia más y más oportunidades que este sector inmobiliario nos ofrece.

En los comienzos hubo compañeras con poco experiencia en el sector igual que yo, otras con un poco más, mujeres tenaces y valientes en el negocio con las que me tocó aprender, mis maestras en el camino.  En la actualidad, es un gusto ver qué siguen en la jornada de cada día, contestando llamadas, concertando citas, haciendo gestión, capacitándose, comprometidas con nuestras profesión, comprometidas con ellas mismas, aún habiendo pasado enfermedades leves o graves, teniendo algunas dolorosas pérdidas en sus hogares, ver hijos terminar sus carreras y verlos partir.

Muchas en la actualidad han llevado el nombre de nuestro estado y nuestra ciudad muy en alto a nivel nacional. Son un orgullo para nuestro sector, teniendo cargos de poder, de influencia y de éxito. Verdaderos casos de éxito. Son un ejemplo claro que una puede llegar hasta donde una se lo propone. No hay límites en el camino, pero si hay muchas adversidades, muchos retos, muchas decepciones, muchos tropiezos, pero el compromiso que se aviva día a día por nuestro sector y nuestra familia hace que sigamos de pie.

Cada vez que seas atendido por una asesora inmobiliaria, recuerda que temprano antes de salir de casa, atendió el cuidado de su familia y hogar, de su salud, que tiene agendada alguna cita para capacitarse, tomar un café o un agua para seguir el día, recibir a los prospectos interesados en tu propiedad, revisar en la notaría tu estado legal, inspecciona la zona donde se ubica tu inmueble, diseña tus anuncios, pasa a recoger sus tarjetas o sus lonas, recoge en el colegio a sus hijos, o visita a sus padres y les lleva de comer o a citas médicas, si tiene hijos los lleva al cine y atiende el WhatsApp para contestar los anuncios, tiene planeado acudir a la boutique a ver el nuevo traje forma con el que te atenderá, hacer algún recorrido de propiedades, ir al super antes de llegar a casa, elaborar expedientes o archivos en Word, excel, powerpoint, diseñar en Canva, subir las publicaciones en los grupos de Facebook, en los portales inmobiliarios, preparar su ropa para el siguiente día... y así todos los días.

 Ser mujer inmobiliaria es un gran reto y un gran desafío, pero Dios nos dio la capacidad de marcar la diferencia. Nos dio la habilidad de hacer varias tareas a la vez. Si nosotras podemos, te invito a ti mujer a comenzar en esta carrera profesional. Recuerda hay un espacio para ti. Solo se trata de comenzar.

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