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Mujeres en resistencia



Por: Mujer afromexicana en anonimato impuesto por la violencia de grupos criminales

Sigo aquí con el duelo en mi ser, pero siempre consciente de que mi lucha, sigue siendo la lucha de muchas otras mujeres que vivimos huyendo de las violencias.

Cada 8 de marzo es imprescindible seguir alzando la voz al unísono, ir uniendo también nuestras acciones, para hacer visible lo que se quiere invisibilizar y se mira incluso con indiferencia por una sociedad y autoridades que se jactan de ser justas, democráticas y humanistas.

No solo el 8 de marzo protestamos y luchamos, la verdad es que luchamos, resistimos y sobrevivimos a las diversas violencias todo los días prácticamente las 24 horas del día, porque la violencia hacia los cuerpos de las mujeres y niñas no para, nos arrancan la vida de tajo o nos matan lentamente a cada segundo hasta quitarnos el último aliento de vida o nos dejan marcadas de tal manera que nos quitan las ganas de seguir viviendo en un mundo tan hostil, tan inhumano y tan indiferente, en donde incluso la violencia extrema se ha normalizado.

En diversos espacios de aprendizaje y reflexión me han preguntado qué significa ser mujer y es algo muy difícil de contestar…

Cuando somos niñas todas tenemos nuestros propios sueños y son sueños lindos; sin embargo la realidad nos enseña un mundo muy distinto al que soñamos, vivimos realidades muy terribles que nunca nos imaginamos ni en nuestras peores pesadillas; a medida que vamos creciendo, las violencias hacia nosotras también crecen aunque nuestra infancia no se libra de crueles violencias y sobre nosotras a cualquier edad recaen todas las formas de violencias habidas y por haber, por el simple hecho de ser mujer; incluso en disputas de territorios o en peleas y enfrentamientos entre hombres, con quien se desquitan y con quien se vengan es con el cuerpo de las mujeres y las niñas, por el hecho de ser mujer.

Esta vez escribo estas líneas, en el exilio de mi hogar y de mi Estado que me vio nacer, crecer y formarme; porque la violencia criminal me ha alcanzado a mí y a toda mi familia,; a mí que me sentía libre de hablar, de marchar, de alzar la voz por otras y junto a otras; ahora por seguridad lo hago en el anonimato sin mostrar mi identidad de la cual estoy orgullosa, esperando que no me puedan encontrar, y sigo buscando  un lugar más seguro para poder vivir, dejando parte de mi vida, de mi historia, mis proyectos, mi esencia, mi ser y casi todo de mí, allá de donde salí solo con mi dolor y mis miedos, sin decir adiós y  sin despedirme, pero con ganas de seguir viva… ya no hubo tiempo de una despedida, porque conservar la vida es lo apremiante.

¿Cuándo fue que la humanidad perdió su humanidad? ¿Cuándo fue que la humanidad ve con indiferencia los cuerpos mancillados y asesinados de las mujeres? ¿Cuándo fue que la humanidad se volvió despiadada y hasta disfruta y se rie de nuestro sufrimiento?

Pareciera que hoy día ser mujer y nacer mujer es una maldición; se nos hace menos en cualquier espacio, nos humillan, nos violentan, nos desplazan, nos asesinan, esta es parte de la triste realidad del ser mujer, ser mujer es un riesgo y es peligroso para nosotras; ser mujer hoy en día es ser el blanco de todas las violencias; ser mujer es cuidarte todo el tiempo; ser mujer incluso es estar muerta en vida.

Hoy las personas inocentes, vivimos en el anonimato, escondiéndonos y huyendo, mientras los delincuentes se adueñan de nuestros territorios, de nuestros hogares de nuestros espacios. Ante estas violencias, las mujeres seguimos de pie, luchando por conservar nuestra vida, pero también por vivir una vida digna libre de todo tipo de violencia.





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