Necesaria la interculturalidad y cosmovisión de las comunidades para entender sus contextos: activistas
Acapulco, Guerrero; 11 de marzo de 2022.-Para tener una percepción real de lo que se vive en las comunidades indígenas, es necesario mirar la práctica de rituales, la existencia del día y la noche, la concepción de los roles y el sentipensar de sus habitantes.
Incluso, la perspectiva de género no es como en la ciudad, porque en las comunidades influye la interculturalidad y la cosmovisión.
Durante el conversatorio "situación de las mujeres y las niñas de la Montaña de Guerrero", iniciativa de la organización política "50más 1" realizado ayer jueves de manera virtual, mujeres indígenas como
Felicitas Martínez Solano y Martha Ramírez Galeana, coincidieron en qué la práctica de la dote o "venta de niñas" no era así originalmente y cuestionaron el qué fue lo que sucedió con el paso de los años.
Las mujeres indígenas en colectividad o individualidad piensan, reflexionan y también anhelan, por ejemplo, con una mujer indígena gobernadora o diputada que las represente.
La activista indígena Me'ppa del municipio de Tlacoapa, Martha Ramírez Galeana habló del contexto de la vida en las comunidades. Abuelas y madres no tuvieron la oportunidad de acceder a la educación, aulas o maestros.
En su comunidad no hay escuelas, por eso niñas caminan hasta la fecha largas distancias durante la madrugada exponiéndose a agresiones sexuales, algunas mujeres migraron a Tlapa, Chilpancingo o Acapulco, porque las madres no querían enviar a sus hijas a estudiar por temor "o las cuidaban para no morir o iban a la escuela".
"Dicen 'los pueblos Tun' Savi venden a las niñas, los pueblos Me'ppa hacen esto con las niñas' pero no regresamos a mirar lo que hay adentro, todo el viacrucis, todo ese escenario para poder llegar a dónde estamos y no quiere decir que lo justifiquemos, nada es justificable cuando hay un hecho violatorio a los derechos de una mujer, pero también entender los contextos, entender la interculturalidad".
"La práctica de la dote o venta de niñas o los conceptos que le encontremos no era así originalmente en nuestros pueblos, ¿Qué fue lo que nos pasó? ¿Qué impactos tuvimos? Hablamos de estos escenarios donde las niñas tienen que irse con los suegros, o a trabajar a los campos agrícolas donde los matrimonios son forzados, porque si son forzados para tener mayores ingresos (...) Esto está afectando a nuestras nuevas generaciones, no les estamos dando la oportunidad a nuestras niñas y adolescentes a que vayan a la universidad ".
En ese sentido, llamó a las mujeres indígenas a ser las actoras y estar al frente de estos procesos y encontrar las palabras más idóneas para transmitir las emociones del espíritu y los problemas de sus comunidades pero también consideró necesario "encontrar a mujeres aliadas" que respalden las iniciativas de las mujeres de la Montaña en una representación política.
Felicitas Martínez Solano, comenzó su participación dejando en claro que: "el término matrimonio forzado infantil no gusta el término, han habido comentarios buenos y malos como si los pueblos indígenas fuéramos los salvajes. Han criminalizado a la comunidad (Joya Real, Cochoapa el Grande, donde una mejor, Angélica, fue encarcelada después de ser denunciada por su suegro que intentó violarla) pero no sabemos la realidad que viven, el contexto en el que se encuentra la comunidad".
"Para llegar a Joya Real se cruzan varios cerros, la comunidad no tiene maestros, doctores, te arman del valor para denunciar pero quién le da el seguimiento a tu caso, (...) no vamos a progresar sin el desarrollo económico".
Explicó a grandes rasgos el proceso o ritual para pedir bajo sus usos y costumbres, la mano de una mujer que si decía que no, se respetaba su palabra.
"Fui coordinadora en 2005 a 2006, tuve un caso de una comunidad no recuerdo el pueblo como se llama, a esta joven la fueron a pedir, primero el respeto, el embajador lleva la luz, si no acepta su palabra el señor se va son tres veces (el proceso) sino lo acepta la muchacha es respetable su decisión".
Maribel Nicasio Gonzales, antropóloga social, reflexionó en qué la pobreza estructural en las indígenas se acentúa pero también se da en las mujeres de ciudad y que, pensar que las violencias se dan solo en la región de la Montaña y región Costa Chica es acotar la realidad del panorama en relación con las mujeres y niñas indígenas.
Dijo que en el sistema médico hay un maltrato y cohesión a las prácticas de la medicina ancestral que ocupan las comunidades pero que están al mismo nivel de las instancias públicas e incluso mejoran.
"No se ha podido detener la trata de niñas no mujeres. Guerrero ocupa uno de los primeros lugares y ahora en pandemia incrementó el proceso de migración en Costa Chica individuales y en la Montaña salen familias niñas y niños que tendrían que estar en escuelas pero no es así porque los programas (sociales) han ido insuficientes".
Dijo que organizaciones como la Red Guerrense por los Derechos de las Mujeres demandan y hacen propuestas en las regiones donde están asentadas, la propuesta más reciente, consiste en qué se incorporen a las mujeres en la sociedad civil que revisa. Y discute la atención, erradicación y prevención de la compra venta de niñas.
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