Perpetuar el machismo, derribar el machismo
Por: Hercilia Castro
No es lo mismo escribir para que sepan qué tienes que decir, a que escribas para que otras sean escuchadas. De hecho, desde hace días traía el tema a exponer, el feminismo en Zihuatanejo y sus inicios, pero conforme pasaron los días, creo que se tiene que seguir poniendo en la mesa del debate cómo perpetuamos el machismo en la sociedad y cómo penetra este en las nuevas generaciones.
Hace unos días me tocó ir a ver unos asuntos legales y de paso hice el encargo en una fondita que me hicieran unos sopes -esperen que esto tiene que ver con el tema-. No tardé, más que unos minutos en regresar al puesto donde estaba un señor almorzando pancita, la dueña de la fonda, una señora de aproximadamente cuarenta años, otra mujer mayor que era su madre, una chica que le ayudaba y dos menores de entre tres y dos años de edad, niña y niño.
La señora y la chica que le ayudaban, estaban apuradas haciendo la salsa, amasando, preparando la quesadilla y picadas que había pedido y despachando al cliente que pidió el menudo. También había un gato que la abuela le decía "niño", y a su nieto le decían "bicho", mientras preparaba los antojitos, la abuela cuidaba a los niños, luego, llegó otra chica como de unos 30 años, que era mamá de "bicho" a cuidarlo. Mientras todo esto se daba, la niña tomaba unas monedas y jugaba con ellas, pero el menor comenzó a llorar.
La madre le decía que no llorara y le reclamaba a la niña de tres años que le hubiera quitado una moneda a su bebé, al menor que apenas gateaba, le decía que no se dejara, que le pegara a la niña por haberle quitado la moneda con que jugaba. La abuela, que sólo estaba sentada dando indicaciones, también reforzaba a la madre diciéndole a bicho que "no se dejara", "pégale para que se enseñe a respetar", "no te dejes", "ponla en su lugar", y a pesar de ser un bebé, el niño entendía que tenía que ir contra la niña.
Yo que soy una espantada, sólo pensaba en que el machismo, no se va a acabar nunca mientras las mujeres lo perpetuemos. Las actitudes machistas se reproducen una y otra vez en nuestra sociedad de muchas formas, tal como la abuela con el nieto, diciéndole que le pegara a la niña para que sepa respetar. Y pensaría que la abuela, es otra generación, pero lo más seguro es que la abuela haya enseñado así a sus hijas a obedecer, y las hijas enseñan eso a los nietos. A mi me acongoja que se reproduce el machismo. Como aquel señor que hoy en el mitin de las chicas pregunta de dónde salió tanta mujer y por qué están gritando, por cierto que también me felicitó "por este día".
Educada(mente) le dije que nel, que este día no se festeja nada, que se recuerda a las 129 mujeres que murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton de Nueva York, por exigir sus derechos laborales. Que este día no es de fiesta cuando suceden feminicidios y las mujeres siguen siendo golpeadas, silenciadas, y siguen con malos salarios.
Las chicas al micrófono criticaban que casualmente la marcha coincidió con que al llegar, el Ayuntamiento estuviera realizando mantenimiento en lo que es la Cancha Municipal , "casualmente", corearon.
Creo que falta mucho trabajo por hacer, muchas actitudes que derrumbar, que nuestros hermanos y novios y amigos entiendan que el 8 de marzo no se festeja, que es un día en el que se protesta por todas las injusticias que se viven siendo mujer, pero también que somos las mujeres las que seguimos repitiendo las prácticas impuestas desde una sociedad educada para obedecer, educada para pensar que si las cosas son cuadradas, tienen que seguir siendo cuadradas per saecula saeculorum. Que las cosas deben de cambiar, que se debe de dejar de normalizar el abuso laboral, el acoso, la violencia. Que podemos trascender sin perpetuar el machismo.
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