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Altar a los difuntos en el Parque Papagayo, una tradición que se resiste a morir


 



 


Por Ignacio Hernández Meneses


 

Acapulco, Guerrero., 02 de noviembre de 2022.- Una larga y olorosa cadena de sempasúchil recorre el enorme altar de muertos, y hasta se ve enroscada en cada una de las letras de la entrada del parque Papagayo, para darle colorido a la ofrenda en memoria de los fieles difuntos.

Pan, tamales, calabazas, veladoras y catrinas, eran piezas valiosas sobre la larga meza tapizada de flor roja aterciopelada sobre una alfombra del amarillento cempasúchil, símbolo del camino que recorren los muertos para llegar a la mesa puesta especialmente para ellos.

Una altísima cruz de palapa, colocada en medio de la ofrenda, fue adornada con lienzos de colores y papel de china picado, que se mueve por la brisa del mar y con figuras alusivas a este rito ancestral tan antiguo como las raíces de México.

Entrevistado mientras encabezaba los trabajos de colocación del huentli, Abel Luvio Villanueva, director del histórico parque recreativo “Ignacio Manuel Altamirano”, manifestó que de lo que trata es promover y defender este valioso tesoro cultural de los usos y costumbres, que tiene sus orígenes desde antes de la conquista y que, posteriormente, los conquistadores le dan otro matiz.

“Lo importante es preservar, consolidar lo que es nuestro, que somos fieles a nuestras raíces a pesar de la adversidad e intromisión de otras celebraciones extranjerizantes”, sostuvo Abel Luvio quien además anunció que tiene en puerta varios proyectos culturales y de esparcimiento al interior del parque Papagayo.

Mientras los trabajadores y el director terminaban de poner la mesa de los recuerdos, turistas nacionales se detenían con sus familias para tomarse fotografías, admirando el lucimiento de este culto a los muertos en este parque que se ve y se siente que está reviviendo.

El nuevo director expuso además que la visión y la iconografía sobre la muerte en nuestro país son notables debido a ciertas características especiales, como el sentido solemne, festivo, jocoso y religioso que se ha dado a este culto, donde “la muerte es un personaje omnipresente en el arte mexicano con una riquísima variedad de cuentos, leyendas, personaje crítico de la sociedad, hasta invitada sonriente a nuestra mesa… día propicio para recordar a nuestros seres queridos, yo recuerdo con especial aprecio a mi tía Cuca, que me invitaba a degustar lo que ponía cada año en su altar, hoy ya no me invita, ya es mi invitada en esta mesa, la que compartimos con muchos acapulqueños que ya vinieron y colocaron las fotografías de sus familiares”.

Abel, con su equipo de trabajo, siguió colocando el altar, entre lágrimas que caían sobre la alfombra de cempasúchil frente al asta bandera de Acapulco de Juárez, y de los muertos del Covid y por la delincuencia organizada.





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