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Por Mayra Martínez Pineda / maestra en prevención de violencia de género por la Universidad de Salamanca, España

    Hoy es 8 de marzo, hoy es el Día Internacional de la Mujer, vale mucho la pena reflexionar sobre el sentido real de este día.  A estas alturas espero que la labor como activistas feministas por fin sea comprendida y dejen de verlo como un día de celebración, y lo vean como lo que es, un día para hacer un alto en las agendas y saber si hemos avanzado con perspectiva de género y de derechos humanos.

Ir cerrando brechas de desigualdad entre las personas, es una máxima para poder considerar que nuestras sociedades han solucionado crisis humanitarias, es también un recurso para capitalizar en la medida en que genera estabilidad en otros sectores, el respeto, reitero, a los derechos humanos, es un reflejo Y el cómo tratan los gobiernos a las mujeres es punto de partida.

Tuvieron que pasar 266 años para que una mujer fuera tomada en cuenta para presidir la bolsa de valores en Nueva York, Stacey Cunningham lo logró; así mismo, Holly Ridings fue nombrada jefa de vuelos en la NASA. Romper el techo de cristal para muchas no es fácil, romper el círculo de la violencia es casi imposible para otras si no nos damos la mano.

Permítanme entonces continuar dando pauta a los cambios que tuvimos en el mundo actual y que son el reflejo de que hay un detonante para poder lograrlo: la voluntad.

Movimientos como Metoo, AnaKaman en Egipto y Sende Anlat en Turquía, abrieron la discusión al oscuro tema del abuso sexual en el sector laboral.

La ONU reconoció al amparo de la resolución 1214 del Consejo de Seguridad, y la sentencia respectiva al conflicto de Kosovo, que el matrimonio forzado y la violación que de ello se deriva son crímenes de lesa humanidad.

En España, el movimiento “Sin nosotras el mundo se detiene”, cimbró para dejar en claro, que somos la mayor parte de la población mundial y eliminar el machismo de la historia es una causa común entre mujeres y hombres.

En Bangladesh, el tribunal supremo prohibió la prueba de “dos dedos” en casos de violación, declarando que no tiene mérito científico, y que es un recurso que revictimiza y ofende. 

El ejemplo siempre es tabla de medir y en él, es Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, quien se convierte en la primera dirigente mundial que toma una licencia por maternidad, y en Marruecos por fin las mujeres tienen derecho a la tierra, aprobando incluso una ley que les da derecho a heredar tierras.

Y en estos cambios también contamos, México, subió al cuarto lugar con mayor representación de mujeres en el mundo, logrando la paridad de género en el Congreso de la Unión.

¿Por qué nosotras? ¿Por qué un día para nosotras?

Porque todos los días veo una mujer o una niña lastimada en su dignidad y acude al Estado en busca de solución o de refugio ante males que laceran al mundo como es el machismo y la misoginia; porque todos los días camino a casa y observo las miradas lascivas de muchos, escucho comentarios absurdos sobre mi ropa o mi cuerpo sin que ellos comprendan que sólo expresan la pobreza de su formación; porque todos los días le digo a mi hija pequeña lo valiosa que es y no quiero que regrese a casa pensando lo contrario, que la brecha de los sueños comienza para todas a los 5 años, cuando una niña empieza a pensar que no puede soñar con ser alguien importante, si no tiene un roll de madre o cuidadora; porque todos los días que he hablado con víctimas de feminicidios y veo el rostro del dolor que esto produce, entiendo como son los días oscuros, llenos de maltrato físico, psicológico y de todo tipo que tuvo que pasar una mujer víctima, hasta que perdió la vida.

Porque todos los días hay una mujer que se sienta en un juzgado a reclamar los derechos para sus hijas e hijos; porque todos los días hay una joven que se encuentra con la realidad de que el amor romántico daña, y hay un hombre que sólo verá en ella la manera de usarla.

Porque cada minuto muere una niña, o es violada por alguno de sus familiares, en las regiones de la Costa o la Montaña. Porque cada mañana que tengo que maquillarme, vestirme y salir, cuando todos los días ellos pueden salir con la cara lavada y no les juzgan; a nosotras se nos puede señalar si nos atrevemos a lucir en contrario y es incongruente. ¡Cómo en las más simples cosas, nos imponen tantas cargas!

Porque cada vez que me siento en ese escritorio o comparto un presídium no dejo de pensar: si la abuela me viera, ella que tenía prohibido todo. Porque es hora ya de decirle al mundo que todos los días también son nuestros.

Pero en algo tienen razón los otros, no, no debemos ir solas a todos lados; debemos hacerlo con la voz también de hombres que, si son igualitarios, y de ello hay buenos ejemplos en el mundo.

Y entre nosotras siempre la alianza firme. Nuestra causa es para que cada mujer tenga el libre derecho de pensar, hablar y decidir sobre su persona libremente, solo estemos vigilantes, que el patriarcado está dedicado a dividirnos, no lo permitamos.

Que los tiempos de mandar a la hoguera a las mujeres por lo que piensan o dicen ya los superamos como humanidad, no lo permitamos nosotras.

Es 8 de marzo: ¡Alertas! América Latina será toda feminista.