Pensarnos en voz alta

 

Por: Jessica Alejo Rayo / Diputada de la 63 legislatura del Congreso de Guerrero

 

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Pensar en voz alta debería ser un ejercicio que todas las mujeres sin distinción pudiéramos realizar en nuestras vidas. Sin embargo, los factores como la discriminación, la desigualdad, la violencia, y la falta de accesos ha impedido que un derecho se convierta en una constante lucha que no termina de concretarse. 

En ocasiones las mujeres parecemos cansadas de que a diario tengamos que batallar por acceder al bienestar, ese que por naturaleza todas deberíamos tener, no solo porque la Ley de Acceso a una Vida Libre de Violencia lo establece, sino porque el propósito de las relaciones humanas debería ser el mantener vínculos de igualdad y respeto.

Guerrero tiene alertas de género en ocho municipios, y ese es suficiente motivo para cuestionarnos las practicas violentas que suceden a diario por razones de género. Hay una doble responsabilidad en las que estamos frente a un espacio del servicio público, y es que siempre que tengamos oportunidad debemos visibilizar el contexto de desigualdad sistemática en el que nos desarrollamos las mujeres.  Jamás para hablar por las otras, sino para que nuestra voz siga haciendo eco en las demandas de justicia y dignidad para todas. 

Que los 8 de marzo no sean de celebraciones sino de respeto y compromiso con la lucha de las mujeres que nos heredaron la posibilidad de hoy hablar entre todas.