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Amatl Xoxoktli: Menos concreto hidráulico, más conciencia hídrica




Por: Martín Josué Dircio Chautla

Ayer hablábamos del desfile de primavera y su efectividad en crear conciencia -si fuera ese el objetivo-. Las siguientes
preguntas van dirigidas a las autoridades, pues a menudo son los ayuntamientos quienes encabezan los desfiles; ¿están
los municipios construyendo con preceptos de infraestructura verde para reducir las islas de calor urbana y recarga de mantos freáticos, así como repoblamientos arbóreos Desafortunadamente para muchas obras constructivas derriban árboles en vez de crear diseños ambientalmente amigables.

En el mismo sentido, algunos errores en la creación y mantenimiento de áreas verdes son: injertar césped con intención
que todo el tiempo esté verde, plantar árboles no pertenecientes a la región y aplicar cal al tallo de los árboles (Se ha
dicho ya varias veces por expertos el daño que ocasiona esa práctica). También es ya una vergonzosa constante los camellones con palmeras cuando hay árboles endémicos que pueden aportar mayores beneficios, además de la mala costumbre de regar dichos camellones con pipas de agua, desperdiciando gran porcentaje de agua que se riega en la calle, misma que se evapora, aumentando la humedad relativa. Con un pavimento permeable no sería tan grave el desperdicio.

Hablando del agua, hace un tiempo las Direcciones de cultura del agua sólo hacían y pegaban carteles, luego evolucionaron a murales sobre su cuidado. Preferible, desde mi perspectiva, hablar de huella hídrica en negocios, hacer campañas para evitar consumir refrescos y cervezas, gestionar la construcción de tanques de almacenamiento de agua pluvial y construir calles con pavimentos permeables. Así como reducción de desechos en los ríos y cuerpos de agua.

Es muy sabido que sin árboles no hay agua, por eso mencionaré una de las áreas naturales protegidas de Guerrero, el
Parque Nacional Juan Álvarez, conocido como El Ocotal, ubicado entre Chilapa y Atlixtac y la importancia de su
preservación.

Referente a eso, a principios de mes expusimos a un grupo universitario de Chilapa una campaña sobre la preservación del Ocotal, resaltando que la práctica de extracción del ocote reduce los ejemplares de pinos al mismo tiempo que hace más intensos los incendios. Como cada que abordamos el tema ambiental, hubo un señalamiento justo, pero desproporcionado, hacia el asentamiento irregular de la zona de Los Pinos. Justo, porque hoy podría ser un bosque urbano, desproporcionado porque sólo se señala sin pensar en el derecho a la vivienda y la necesidad de un hogar de
familias desplazadas.

En Los Pinos se han ido acabando las casuarinas y por ser muy notables se extraña su presencia, pero no se señala el
daño que hacemos toda la población al resto del territorio, como la contaminación y cambio de cauce del río Ajolotero, por ejemplo. No se habla de las otras zonas de la ciudad que también están siendo urbanizadas, como los pastizales y los
zoyatales, que aportan un valor paisajístico y cultural y cuyas especies son igual de importantes que otras, pues todas cumplen una función en el ecosistema.

En un pueblo sin plan de desarrollo urbano, sin aplicación de leyes ambientales ni educación holística en el tema ambiental es realmente imposible recibir a la primavera como la vemos en los desfiles. Hagamos un desfile de propuestas, ejerzamos la gobernanza. Cambiemos desde los mismos hogares; dejemos un patio con adoquín, pongamos un jardín cuando menos en la azotea y usemos nuestras voces como bravos enjambres para protestar y proponer. Polinicemos con acciones.

Para finalizar, comparto que el 21 de marzo se conmemora el día de los bosques y de la poesía. También es el mes donde comienzan los incendios. Por esta inesperada reunión de fechas y sucesos transcribo este fragmento del poema nocturno en que nada se oye de Xavier Villarrutia: "Y mi voz que madura / y mi voz quemadura / y mi bosque madura / y mi voz quema dura".

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