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Ciento once años de reivindicaciones feministas




Por: María Luisa Garfias Marín

A 111 años de la declaración de la II Conferencia Internacional de mujeres feministas, realizada el 26 y 27 de agosto de 1910, en Copenhague, para la realización del día internacional de la mujer trabajadora, las jornadas feministas a lo largo de todos esos años para reivindicar los derechos de las mujeres se mantiene, porque seguimos las mujeres a pesar de la existencia de un marco jurídico de protección de nuestros derechos  siendo violentadas.

La lucha por la igualdad se convirtió en la bandera de las mujeres desde finales del siglo XIX,  quienes exigían jornadas laborales de 8 horas, derecho al voto,  derecho al divorcio y derecho al trabajo, y si bien las demandas hoy han cambiado porque se han reconocido en la ley  derechos políticos, derechos laborales, derechos económicos, sociales y culturales ,  estos  no han podido por si solo modificar la vida y el bienestar de las mujeres.

El camino para construir la ciudadanía feminista de las mujeres se echó a andar desde 1911 al organizarse y movilizarse las mujeres en diferentes países para salir a las calles. 

La lucha por la igualdad, la no discriminación y la violencia se convirtieron en las principales causas del movimiento feminista y en Guerrero, logramos la inserción de estos  en las agendas legislativas por la presencia de mujeres feministas que lograron plasmarlos en reformas y nuevas leyes, desde la Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Intrafamiliar en 1999, hasta la ley  número  553 de  Acceso de las mujeres a una Vida Libre de violencia de 2008, reformas al código Penal para tipificar conductas como el acoso y el hostigamiento sexual, el feminicidio, la violencia digital, reformas a la Ley electoral para adicionar la violencia política en razón de género.

La respuesta patriarcal al avance del reconocimiento de nuestros derechos, se ha intensificado con la complicidad de quienes deben garantizar el ejercicio de estos, por ello este 8 de marzo las mujeres debemos reencontrarnos para seguir construyendo la ciudadanía feminista.

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