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La responsabilidad de representar a las mujeres desde el Congreso de Guerrero





Por: Gabriela Bernal Reséndiz

Mi nombre es Gabriela Bernal Reséndiz, soy diputada y formo parte de la 63 Legislatura al Congreso del Estado, una legislatura histórica que se destaca por ser la primera en integrarse con 23 hombres y 23 mujeres, lo cual es el resultado de una larga lucha de miles de compañeras que en todo el país dieron muchísimas batallas para que este hecho hoy sea una realidad, ante lo cual me siento sumamente comprometida y con una gran responsabilidad.

Al rendir protesta como diputada local sabía el compromiso que asumía con las y los guerrerenses, pues desde joven, mi pasión ha sido la política, la buena política, la que se pone al servicio de las causas sociales, la que construye; pero cuando supe que presidiría la Comisión para la Igualdad de Género entendí que ese compromiso  representaba una gran responsabilidad conmigo misma, con mi género, con mi lucha y con muchas de las difíciles desigualdades que seguimos padeciendo miles de mujeres en Guerrero y con quienes la sociedad sigue teniendo una gran deuda.

Guerrero es un estado donde la disparidad social que enfrentamos se agudiza más para nosotras, somos una entidad federativa donde el 48% de las mujeres mayores de 15 años están en rezago educativo al no contar con la secundaria completa, donde aún prevalece la venta de niñas en municipios de las regiones Montaña y Costa Chica; donde los derechos de niñas, mujeres y adolescentes no son respetados, existiendo la gran necesidad de erradicar el embarazo infantil para que niñas y jóvenes puedan ejercer su derecho a una vida con proyectos para un mejor futuro.

Vivimos en un estado donde todavía están arraigadas prácticas culturales muy machistas, hoy representar a las mujeres como diputada significa levantar la voz, por esas niñas, adolecentes y mujeres que se cuentan sólo como números en las estadísticas.

Como legisladora y como mujer la tarea hoy es doble, pues implica reclamar con fuerza el respeto a todos nuestros derechos, llamar a romper estereotipos, representa ayudar a otras a atreverse a conquistar espacios que antes se encontraban vedados para nosotras.

Lamentablemente y pese a los avances que en Guerrero se han alcanzado desde el ámbito legislativo en los últimos tiempos, aún queda un largo camino por recorrer para que las leyes que aquí aprobamos tengan auténtica vigencia en la práctica, para que las mujeres en la calle y en nuestros propios hogares nos sintamos más seguras, protegidas y libres de violencia, porque cuando una mujer es violentada de alguna forma; física, sexual, digital o política, no solamente es agredida, afectada, desvalorizada y humillada, sino todavía tiene que luchar por tener acceso a la justicia.
Hoy la mayoría de las mujeres no la tienen y, después de que en algunos casos son mutiladas, siguen viviendo con miedo después de ser agredidas o, en el peor de los casos, pierden la vida.

Por desgracia, quienes piensan que este tipo de violencias, que al final del día están legitimadas y naturalizadas por el hombre o que están aceptadas por alguna percepción social, no son graves. Quienes piensan así, no tienen idea de lo mucho que estas violencias nos desvalorizan y nos degradan a nosotras las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.

Se que el reto es mayúsculo, pero también sé que la oportunidad es hoy por las generaciones que vienen, es momento de actuar con convicción, compromiso y valor para transformar la situación de violencia generalizada contra las mujeres en Guerrero. Debemos pasar de un contexto en donde la violencia de género es tolerada a otro en donde un solo caso resulte inaceptable.

¿Qué estaré haciendo los próximos meses como diputada local?
Yo Gaby Bernal, estaré ahí como representante popular, pero sobre todo como aliada, amiga y compañera de todas las mujeres de Guerrero. Estaré en la tribuna combatiendo el patriarcado, construyendo igualdad, haciendo frente contra las violencias, construyendo acuerdos para consolidar leyes que hagan que nuestros derechos no sólo sean de papel; que sean una realidad para todas.

Finalmente doy gracias por la oportunidad de servir y acepto la responsabilidad asumida con las de mi género, porque me reconozco mujer feminista, progresista, que entiende que estas luchas no son de un día, que no sólo se declaran en el discurso, pues se viven cada día y se defiendan a cada momento, porque si tocan a una, nos tocan a todas.


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