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Pesca sin inspección, una deuda con las tortugas en México

 


Por Patricia Ramírez / Causa Natura


Son las 5 de la mañana en Puerto Peñasco, Sonora, localizado en las costas del Pacífico norte de México. El agua del mar teñida de negro por la oscuridad de la madrugada contrasta con los tonos naranja del amanecer, así como con las luces del barco camaronero de arrastre que navega en la zona.

En el suelo de la embarcación se encuentra una tortuga golfina que ha sido detectada en las redes de pesca, la cual fue desenredada y ahora aletea hacia la orilla.

“En este momento estamos liberando un quelonio (tortuga) de 40 ó 50 kilos”, dice uno de los pescadores, quien no sale a cámara pero graba con su celular a su compañero que levanta la tortuga y la lanza de nuevo al mar.

“Nosotros no somos depredadores… Hay que hacer las cosas bien, ese animalito merece vivir”, dice mientras la tortuga se pierde en el agua.

Golfina, al igual que caguama, lora, carey, laúd y verde son seis de las siete especies de tortugas marinas en el mundo que cada año llegan a las costas de México. Para lograrlo, sortean a cazadores furtivos, toneladas de basura, destrucción de sus hábitats y redes pesqueras donde pueden quedar atrapadas y morir.

Estas amenazas han ocasionado que todas las tortugas que llegan a aguas mexicanas estén catalogadas como especies en peligro de extinción, según la NOM-059-SEMARNAT-2010 encargada de identificar flora y fauna en riesgo en el país.

El video de la liberación de la tortuga golfina en Puerto Peñasco circuló entre pescadores por WhatsApp con la intención de concientizar sobre el uso de Dispositivos Excluidores de Tortugas (DETs).

Los DETs son parte de las tecnologías que se han implementado en varios países para la pesca de arrastre, como se le conoce al tipo pesca en el que se emplean enormes redes que caen al suelo marino y van capturando todo a su paso.

Estos dispositivos se colocan en las redes y cuentan con una apertura por la cual puede escapar la fauna marina y así evitar la captura incidental.

En el caso de México, se utilizan en barcos industriales que realizan pesca de arrastre de camarón, una de las principales actividades productivas en el noroeste del país y, a su vez, una de las amenazas para las tortugas.

Al norte de México, en regiones como el Golfo de Ulloa en Baja California Sur, la muerte de tortuga caguama en relación con la pesca alcanzó la cifra de mil 88 ejemplares durante 2020, de acuerdo con la organización Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA).

La cifra representa un incremento de 1,108% respecto al límite de 90 ejemplares muertos al año que permite el Programa de Ordenamiento Ecológico Marino y Regional Pacífico Norte (POEM).

Su uso es obligatorio en la pesca de camarón en altamar bajo la NOM-002-SAG/PESC-2013. Un certificado puede cubrir varios DETs y sólo puede ser avalado por la Profepa.

Para su seguimiento, autoridades como Profepa y la encargada de las pesquerías, Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura (Conapesca), realizan cursos de capacitación con pescadores para asesorarlos en la instalación y manejo, así como tareas de inspección y vigilancia en tierra y mar para verificar su uso. Actividades a las que se ha sumado la Secretaría de Marina (Semar).

Al norte de México, en regiones como el Golfo de Ulloa en Baja California Sur, la muerte de tortuga caguama en relación con la pesca alcanzó la cifra de mil 88 ejemplares durante 2020, de acuerdo con la organización Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA).

“Cuando yo empecé no existían los DETs. En un principio fue como un plan piloto en el que el gobierno federal nos dio a entender que era necesario emplearlos para cuidar de las especies”, recuerda Marco Antonio García, pescador en Puerto Peñasco, Sonora.

Marco Antonio se ha dedicado por 35 años a la pesca. Ha pasado más de la mitad de su  vida en el mar, principalmente, capturando camarón con redes de arrastre.

Durante la última década, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), encargada de la aplicación de la ley ambiental, ha entregado más de 4 mil 300 certificaciones para el uso de Dispositivos Excluidores de Tortuga en 10 de las 17 entidades costeras, de acuerdo con información vía transparencia otorgada para este reportaje.

Su uso es obligatorio en la pesca de camarón en altamar bajo la NOM-002-SAG/PESC-2013. Un certificado puede cubrir varios DETs y sólo puede ser avalado por la Profepa.

Para su seguimiento, autoridades como Profepa y la encargada de las pesquerías, Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura (Conapesca), realizan cursos de capacitación con pescadores para asesorarlos en la instalación y manejo, así como tareas de inspección y vigilancia en tierra y mar para verificar su uso. Actividades a las que se ha sumado la Secretaría de Marina (Semar).

“Para nosotros en esta parte de Puerto Peñasco, que prácticamente estamos a un paso del Área Natural Protegida del Alto Golfo California, donde hay el problema de conservar a la vaquita marina, sí intervienen las tres instituciones de gobierno desde hace varios años”, explica Marco Antonio Garcia.

Sin embargo, a pesar de las más de 4 mil embarcaciones con certificación, desde 2012 hasta la fecha, la Profepa sólo tiene registro de inspecciones de DETs en 5 entidades: Baja California Sur, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Oaxaca, de acuerdo con datos otorgados por la dependencia a Periodismo CN.

Sobre Sinaloa, la institución no entregó la cantidad de certificados y el número de DETs por cada uno, pero sí el registro de recorridos para inspección.

En estados certificados como Tamaulipas no hay vigilancia desde 2016. Y en otros, como Baja California Sur, no hay desde 2017.

Mientras que en Veracruz, Nayarit, Chiapas y Campeche no se registra ningún acto de inspección en relación al uso de DETs

Respecto a los recorridos de inspección que realiza la Conapesca, la dependencia informó para este reportaje que “no fue localizado documento alguno en el que conste la información solicitada al nivel de desagregación requerido por el peticionario”.

Por lo que sólo indicó que del 1 de enero al 17 de octubre de 2022 realizó 12 mil 550 recorridos terrestres y 3 mil 119 recorridos acuáticos de manera general, sin indicar cuántos de estos se enfocaron en la supervisión de DETs por año.

De los estados donde la Profepa inspecciona los DETs, Sonora encabeza la lista en las sanciones por falta de uso con 11 aseguramientos de redes y barcos durante los últimos 10 años. Mientras que entidades como Baja California Sur, Campeche, Sinaloa y Oaxaca han tenido sólo un aseguramiento en el mismo periodo.

Marco Antonio explica que en varias de las empresas pesqueras para las que trabajan se les otorga capacitaciones para utilizarlos correctamente.

Una de las principales causas de que la vigilancia en el uso de DETs haya disminuido es la falta de presupuesto otorgado a las instituciones ambientales, necesario para mantener el personal capacitado o brindar transporte para los recorridos.

“Tenemos poca infraestructura para movernos, principalmente embarcaciones, también hay falta de personal y capacitación. Por lo que hemos tenido que coordinarnos con Semar”, señaló José, inspector oficial de Conapesca, quien por motivos de confidencialidad ha pedido cambiar su verdadero nombre para esta publicación.

“Además, no existe una buena coordinación con la Profepa, a pesar de ser la institución con mayor facultad para realizar recorridos y certificar el uso de DETs”, agregó el inspector.

De acuerdo con una análisis del presupuesto asignado a la Profepa, publicado por Periodismo CN, la dependencia cuenta con poco menos del 50% de recursos para cumplir con sus funciones.

Respecto al número de inspectores ambientales en la dependencia, mientras en 2012 se contaba con 714 personas en el país, en 2021 se contrató sólo a 443 inspectores, siendo uno de los años más críticos. En 2022 la cifra sube a 602.

En el caso de la Conapesca el panorama de reducción de recursos en el último lustro es similar, a pesar de que se prevé un aumento del 5.2% presupuestal para el próximo año.

“Sabemos que el correcto uso de DETs es proporcional a la inspección que se realiza”, explica el inspector de Conapesca.

Así, la combinación de bajo presupuesto, carencia de inspección y faltas cometidas por pescadores en el uso de tecnologías está impactando negativamente en los esfuerzos por conservar a las tortugas marinas. 

Una de las noticias más relevantes para el sector pesquero ocurrió el 30 de abril del año pasado, cuando el gobierno de Estados Unidos anunció un embargo de camarón que suspendió la importación de esta especie proveniente de México por fallas en la protección de tortugas marinas durante la pesquería.

El embargo se enfocó en pescadores ribereños, de menor escala, a pesar de que las embarcaciones industriales fueron las que presentaron las irregularidades.

De acuerdo con Octavio Almada Palafox, comisionado nacional de Pesca y Acuacultura, las 118 deficiencias técnicas que observaron las autoridades estadounidenses fueron en 130 DETs de pescadores industriales, “y en ningún momento hubo tortugas marinas atrapadas en las redes”, explicó.

En el caso de Sonora, los pescadores de arrastre tienen quejas contra las inspecciones que realizan Profepa, Conapesca y Semar, en relación con el uso de DETs. 

Son las 5 de la mañana en Puerto Peñasco, Sonora, y el barco camaronero de arrastre que navega en la zona no se ha encontrado con otra tortuga. Los compañeros comparten el video de la liberación, pero es el único caso grabado entre las decenas de embarcaciones que saldrán a pescar en el transcurso de la temporada.

Mientras tanto, las acciones para disminuir la captura incidental por pesca de arrastre siguen pendientes.



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