La mujer mexicana empoderada
Por: Yoloczin Lizbeth Domínguez Serna / Diputada Presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado de Guerrero
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, es pertinente detenerse a reflexionar sobre el camino que nuestras ancestras han recorrido, para que el día de hoy las niñas, adolescentes y mujeres mexicanas, avancemos en el ejercicio de nuestros derechos.
Son
diversos organismos internacionales los que han impulsado y trabajado a favor
de los derechos de las mujeres, principalmente la Organización de las Naciones
Unidas, que ha organizado cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, la
primera de ellas en 1975, declarado como el Año Internacional de la Mujer, se
celebró en la Ciudad de México; la segunda en Copenhague en 1980; la tercera en
Nairobi en 1985 y la Cuarta en Beijing en 1995, fue esta ultima la que marcó la pauta para una agenda mundial de igualdad de
género, 189 países adoptaron la Declaración y Plataforma de
Acción de Beijing, con un programa en favor del empoderamiento de la mujer,
estableciendo entre los principales
temas, la mujer y la pobreza; educación y
capacitación de la mujer; la mujer y la salud; la violencia contra la mujer; la
mujer y los conflictos armados; la mujer y la economía; la mujer en el
ejercicio del poder y la adopción de decisiones; mecanismos institucionales
para el adelanto de la mujer; los derechos humanos de la mujer; la mujer y los
medios de difusión; la mujer y el medio ambiente y sobre la niña.
Mención
especial, nos merecen los diversos postulados jurídicos a nivel internacional
sobre los derechos humanos de las mujeres. Por ejemplo, la Declaración
Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948 contiene el principio
general de no discriminación, que ha sido adoptado por diversos instrumentos
jurídicos sobre los derechos de las mujeres, al disponer en su artículo 2° que todas las personas
tienen los derechos y libertades, “sin distinción alguna de raza, color, sexo,
idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional
o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.
En
1967, se aprobó la Declaración sobre la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, que tiene como finalidad que los Estados adopten medidas para “abolir
las leyes, costumbres, reglamentos y prácticas existentes que constituyan discriminación en contra de las mujeres y
sobre todo para asegurar su protección jurídica en igualdad de derechos del hombre y de la mujer, es así
como nace un documento jurídico vinculante para los Estados firmantes, La Convención sobre la eliminación de Todas
las formas de Discriminación contra la Mujer” (conocida como CEDAW, por sus
siglas en ingles), aprobada por la ONU en 1979.
En América Latina y el Caribe, se cuenta con
un documento fundamental en el avance
por la igualdad de género, la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Do Pará), aprobada
en 1994, que es de las más relevantes ya que establece con toda claridad la
obligación de los Estados de abordar todas las formas de violencia contra las
mujeres tanto en el ámbito doméstico (es decir, dentro del ámbito de las
familias), así como también la violencia que se ejerce contra las mujeres en la
comunidad, y aquella que es tolerada o perpetrada por el Estado o sus agentes.
Las
mujeres mexicanas nos hemos caracterizado por ser luchadoras sociales,
trabajadoras y decididas en las luchas que han dado libertad a nuestra patria,
por citar algunos ejemplos: Leona
Vicario, clave en el movimiento independiente de nuestro país; Sor Juna Inés de
la Cruz, escritora y poetisa
sobresaliente en nuestra historia, símbolo de lucha por el derecho a
saber y a la educación de las mexicanas; la primer médica en México Matilde
Montoya, egresada de la Escuela Nacional de Medicina; la primera Diputada Elvia Carrillo Puerto, que trabajó por que
las mexicanas tuviéramos el derecho a la educación, a la salud y el derecho al
voto, siendo una de las precursoras de los derechos de las mujeres; la primer
mujer presidenta municipal electa en México y América Latina fue Aurora Meza
Andraca, en 1936 presidenta de Chilpancingo; la primera presidenta interina, en México fue María del Socorro
Blanc Ruíz, que en 1955 en San Luis Potosí ocupo la presidencia municipal,
siendo un referente en la lucha de los derechos electorales de las mujeres; la primera
gobernadora en México fue Griselda Álvarez,
electa en 1979 en el estado de Colima.
Actualmente,
según datos del INEGI, en México somos 61.4 millones de Mujeres, más de la
mitad de la población; contamos por primera vez con un gobierno federal paritario;
congresos locales paritarios en la mayoría de los estados; el Congreso de la
Unión está conformado de manera paritaria; Guerrero no es la excepción y
tenemos a la primera gobernadora, la Maestra Evelyn Cecia Salgado Pineda; la
Sexagésima Tercera Legislatura por primera vez en la historia está conformada
de manera paritaria; y contamos con 25 mujeres presidentas municipales en el
periodo 2021-2024.
Ser
parte de los logros de tantas mujeres, me obliga a trabajar arduamente, a
luchar para que haya mayor equilibrio social y oportunidades para todas las
niñas, adolescentes y mujeres guerrerenses; mi historia no ha sido fácil, al
igual que la mayoría de personas de clase media, provengo de la cultura del
esfuerzo, con bases sólidas y convicciones políticas inclusivas y de igualdad
para todas la personas.
El
llegar a ser diputada a mi edad, ha sido objeto de críticas, de violencia
política y el que no se reconozca mi capacidad como profesionista, solo por el
hecho de ser mujer, lo cual se visibilizó más al ser designada por mayoría de
mis compañeras y compañeros diputados como presidenta de la Junta de
Coordinación Política, este encargo me ha dado la oportunidad de trabajar a
favor de las y los guerrerenses, coadyuvar con la gobernabilidad en el Poder
Legislativo y trabajar de la mano con los otros poderes del Estado.
Sin
embargo, no todo es miel sobre hojuelas y vivo en carne propia la
discriminación por ser mujer, he sido objeto de violencia política en razón de
género, hay voces que quieren minimizar los resultados de mi gestión al frente
de la JUCOPO, pero, soy una mujer de lucha, perseverante y tolerante a todas
las opiniones.
Hoy a
115 años de los trágicos sucesos que dieron origen a la conmemoración del día
Internacional de la Mujer, hemos avanzado poco, la sociedad se sigue
resistiendo a vernos a las mujeres como sujetas de derechos y capacidades.
No
claudiquemos y trabajemos unidas y unidos para fortalecer y restituir la
plenitud de derechos a las mujeres de México y principalmente de nuestro Estado
de Guerrero.
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